(imagen Prejudices of a trainer)

DESVAIRADAS Y FEMINISTAS

Cuando me han preguntado si soy feminista, me he cuestionado a mí misma, si soy o no soy, porque la gente tiende a preguntarte cosas que quizás estás proyectando. ¿Puede una mujer ladina ser feminista y vivir una vida contradictoriamente patriarcal? Lo que he visto, compartido y observado es que una determinación de tipo político como ser o no feminista no aparece solo por decisión. La vida en sistemas patriarcales más o menos radicales provee el desarrollo de una consciencia que si se tiene suerte, puede emanciparse. Si en el camino de la vida te cuestionás por el tipo de vida que vivís, si ponés en discusión algo que no querés vivir, una forma de trato que no te gusta, o te encontrás en sistemas de explotación patriarcal que parecen normales y te rebelás un día finalmente, pues supongo que es el momento del nacimiento de una consciencia emancipada, que finalmente pudo construirse. Una consciencia que sufrió una metamorfosis emancipatoria se cuestiona todo en el camino que le queda. Y eso molesta a la gente, que luego te pregunta incidiosamente, si sos o no feminista. Incluso hoy puedo oler cuando hay situaciones provenientes de los nuevos patriarcalismos, que a veces no vienen solo en la figura masculina. De más se ha dicho que las propias madres nos enseñaron a ser machistas. En mi opinión actual eso es una contradicción, porque nuestras madres se vieron enredadas en trampas de opresión múltiple, que no les permitió emanciparse mentalmente. Algo que aprendí al paso del tiempo es que es posible hacer coaliciones entre mujeres cuando hay voluntad de convertir aquello en un grupo, en una comunidad. Y no cuando querés dividir. Los primeros síntomas de transformación de una feminista es su visión descolonial. Pero es evidente que si no hay descolonialidad de género, difícilmente alcanzás esa otra visión. Por eso pienso que situarme en espacios desde posturas descoloniales se ha podido hacer, porque anteriormente la metamorfosis se había producido al ir desanudando las opresiones que enredaron a mis ancestras y de las que yo todavía pude escapar, aunque sea en el último tramo de mi vida.