martes, 4 de julio de 2017

FLORECIENDO NUESTRO SEPULCRO: LA POESÍA DE ALFREDO BALSELLS RIVERA

La edición de la poesía de Alfredo Balsells Rivera, publicada este año por la Editorial de la Tipografía Nacional, tiene varios objetivos precisos. Se trata de recoger la mayoría de la producción poética de un autor que es poco conocido y estudiado dentro y fuera del territorio nacional, y de abrir nuevos campos de investigación sobre su obra lírica,  para completar su perfil, al unirla con los estudios existentes sobre su obra narrativa.
Su obra se ubica cronológicamente dentro de las búsquedas de la vanguardia latinoamericana. Su poesía es una especie de re-descubrimiento de las bases de la lírica contemporánea guatemalteca, y por eso es crucial también su publicación.  Es comprobado que uno de los graves problemas de la historiografía nuestra es la ausencia de firmes proyectos editoriales, que vayan dejando publicaciones, que con el tiempo puedan usarse como fuentes fiables de consulta, para esbozar o perfilar su historia.
Balsells Rivera nació en 1904 y murió en 1940, o sea que su producción, es también el testimonio impreso de las preocupaciones estéticas de la generación, que estaba publicando sus primeros escritos, a lo largo de las tres primeras décadas del siglo xx. De esa cuenta es posible encontrar y señalar algunas similitudes como rasgos intertextuales, entre su poesía y la de sus contemporáneos.
Si para este momento, la poesía latinoamericana había ido saliendo de un modernismo que había avasallado a toda la generación anterior, la poesía que se encuentra recogida en este volumen, le permite a quien lee, revisar textos que pertenecen a una manera de sentir y de escribir propia del periodo entre guerras mundiales, y que por eso se corresponde con una sensibilidad vanguardista.
El libro recoge completa la publicación que le hiciera la Universidad de San Carlos a Balsells en 1964, y que fuera titulada simplemente como Poesía, en la cual aparece impresa la obra que el poeta creara entre 1930 y 1940. Este dato nos permite afirmar que el libro contiene poemas correspondientes a la segunda fase de la vanguardia latinoamericana, conocida como postvanguardia (1930-1945), pero dentro de una vertiente temática alejada de la poesía del compromiso político.
Si revisáramos este libro buscando cierto orden cronológico, veríamos que al inicio aparece la poesía escrita durante la tercera y cuarta décadas del siglo xx. En tanto que en el anexo, que se encuentra en la segunda parte del volumen, el lector o lectora, podrá revisar y leer poemas que fueran publicados en los diarios durante la segunda década del siglo xx, y que han sido incluidos en esta edición, gracias a la colaboración de los familiares del poeta, que han suministrado los materiales. Esta poesía correspondería cronológicamente, dentro de los estudios de la poesía latinoamericana, a los poemas escritos durante la época de la vanguardia histórica, periodo de tiempo que abarca la literatura publicada entre 1900 y 1929.
Las palabras prologales de Humberto Hernández Cobos, que acompañan la edición de la USAC, nos permiten constatar que la lectura de sus poemas evidenciaba ya un nuevo registro dentro de nuestra poesía. Advertía con gran acierto que se trataba de una estética ligada a las corrientes de postguerra, ya que era posible encontrar elementos futuristas, estridentistas y surrealistas, en los poemas de ese volumen, y los identificaba con la poesía latinoamericana y específicamente guatemalteca, que se había escrito y publicado coincidentemente con los mismos rasgos. Hernández también elaboraba en su prólogo un perfil del escritor vanguardista, explicando que una de las razones de la presencia de estas tendencias europeas en su poesía, era provocada por la oportunidad de viajar y de presenciar las eclosiones de los ismos de las vanguardias, en el momento mismo en que se están sucediendo en Europa, entendiendo esa circunstancia como factor central para el desarrollo de su poesía.
La poesía del anexo de este volumen fue publicada por el autor en algunos periódicos como el Excelsior, diario guatemalteco de inicios de siglo xx, fundado por el Dr. Aguirre Velásquez, en  donde Balsells era jefe de redacción, además de escribir crónicas culturales, utilizando inicialmente el seudónimo de Paco Espiral. Le tocó como a otros cronistas del momento, cubrir las noticias del mundo e informarse de los últimos acontecimientos en relación con la posguerra europea y el advenimiento de la segunda guerra mundial. Se trataba de un tiempo ya moderno para la ciudad de Guatemala, donde uno de sus elementos era la presencia de las salas de cine, y la asistencia masiva de la juventud. Balsells mismo utilizaba en las crónicas publicadas en el Excelsior la palabra “peliculeando” para referirse a una de las nuevas actividades del sujeto moderno latinoamericano, que se convertiría con el tiempo en marcado rasgo de su obra.  En 1925 Balsells pasa a trabajar en El Imparcial como redactor y desde allí seguirá publicando crónicas y poemas. En septiembre de 1926 es contratado para formar parte del Diario de Guatemala como jefe de redacción.
Los textos de esta parte tienen características peculiares. Parecen ser parte de una serie mayor de poemas, a los que no hemos tenido acceso. En este apartado aparecen dos poemas titulados con el nombre de “Trópico”, que parecen corresponder a dos estéticas o momentos, porque manejan técnicas distintas. Asimismo, el poema del mismo nombre, aparecido en la edición de la USAC de 1964, y que está dedicado a Carlos Samayoa Aguilar, está temáticamente más relacionado con el primer poema “Trópico” del anexo. Ya que el tercer poema fue tomado de la página homenaje, que los periodistas y amigos, le hicieran a Balsells diez años después de fallecido, y del cual no sabemos exactamente la fecha de escritura, o a qué serie de poemas suyos pertenecía. Lo único que sí conocemos es que se encuentra dentro del álbum de recortes que la familia conserva. Los motivos de este último texto están más en relación con elementos un tanto tradicionales, que no se observan claramente en otros poemas de la misma sección. El poema “Mar caribe” que aparece en la edición de la USAC, y que se encuentra también incluido en el anexo por ser parte del álbum de recortes del autor, provoca cierta ambigüedad temporal, parece ser el mismo texto, con ligeras variantes léxicas en la edición de la universidad.  Pensamos que no es un poema de la etapa 30-40, sino corresponde a la década de los 20, tal cual expresa Miguel Angel Asturias en el texto de despedida el año de la muerte del poeta, y que la presente edición incluye para los lectores. De acuerdo a los amigos, Balsells escribe este texto siendo bastante joven, y les obsequia una copia del poema luego de haberlo escrito durante un viaje en barco. Otro texto más en donde se observan algunas diferencias, sobre todo formales, es el dedicado a Don Francisco Núñez Archivero, que se inserta en el anexo por ser también parte del álbum de recortes, al que se le ha escrito a mano la autoría de Balsells. 
En general, los poemas de esta segunda parte de la nueva edición de su poesía, y que pertenecen claramente a la etapa de 1924-26, nos permiten afirmar que la vena vanguardista de Balsells se va definiendo con mayor claridad, en el proceso de desarrollo hacia la definición de un estilo. Hay una constante alusión a los objetos de la modernidad y su persistente contraste con el trópico, lo que él intuye y ve como lo premoderno. El uso de la experimentación en el lenguaje, presentado en la desmembración y la fragmentación del mismo, además de la ausencia de una métrica clásica, son algunas de sus marcas. También cierta insistencia al utilizar el “universo de la página en blanco”, en función de la búsqueda de otros sentidos en el poema. Y como los textos fueron publicados en los diarios del momento, su poesía posee también la huella de la inmediatez, escritura fresca, sin ampulosidades y con los rasgos de un lenguaje periodístico, que tendía a buscar nuevas formas de expresar los sentimientos y las emociones del sujeto moderno guatemalteco con el cual se identificaba, y que pueden ser comprobadas en una lectura y análisis del estilo, y los temas de la crónica periodística que ejercitó durante los mismos años de escritura de los poemas.


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