A PROPÓSITO DE JOSÉ AGUSTÍN (JALISCO, 1944)
Pienso en José Agustín y que no quiero derramar lágrimas, prefiero la miel derramada, y las ciudades desiertas son mejores que las llenas, y a veces es mejor inventar que sueño que sentarme sobre la realidad de perfil. Cuando JA ya no esté, iré a la tumba a tocar el rock de la cárcel en su honor. Al menos estaré allí dos horas de sol, y aunque la poli mexicana quiera decir que es abolición de la propiedad, les contestaré que se está haciendo tarde, que qué onda, que no hay censura, que no vayan contracorriente, que no pasen esa puerta, que se puede armar una tragicomedia mexicana. Pos pues.

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