(Varo y Peret, Fotomontaje)
EN LOS INFIERNOS DE LA LUZ
No hace mucho, estuve allí. En el espacio donde se construye algo. Si como dice Zambrano, una puede
estar en un lugar utópico, cuando discute alguna idea respecto a la construcción compleja de la creación
literaria, entonces estoy segura que estuve allí.
Sentada estaba yo con la sensación de estar en un lugar peligroso. Porque todo espacio de reflexión opuestamente, está en la mira de la censura. La inquisitorial mirada del que no entiende lo que se dice. La mirada irónica o sardónica de quién te cree incompetente por ser mujer, por ser mayor, por llevar como bandera la libertad de decir lo que has pensado.
Así con muchos ojos sobre mí, pensando que estaba ebria, estuve en el banquillo de las acusadas y luego bajo el filo del hacha.
Y es que construir un artefacto que tiende a escaparse a cada instante, sin poder totalmente atraparlo en el vuelo, así es la crítica, cuando unís creación a espacio de reflexión crítico. Aquello se vuelve una especie de ángel insidioso y casi siempre invisible, que te dicta lo que decís y armás en el mismo camino por donde estás transitando críticamente.
Ay la Zambrano, tenía harta razón porque es "más fácil condescender ante la imposibilidad, que andar errante, perdida, en los infiernos de la luz".

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