domingo, 27 de septiembre de 2020

 

Esferas del tiempo (2020), es una antología de poesía iberoamericana editada por Floriano Martins y Omar Castillo. Como es una antología cronológicamente situada, de poetas nacidos en la década del 50 por suerte, Floriano a quién conocí en Granada hace ya años, me pidió poemas para ser incluidos en esta antología.

En un curso de poesía de maestría de la U. Landívar, yo les insinúo a los estudiantes que revisen las antologías publicadas en el siglo XX, porque a través de ellas podemos leer entre líneas, las formas que asume la investigación sobre poesía latinoamericana, con distintas pulsiones, muy relacionadas con los cambios de sensibilidad estética, los acontecimientos políticos y económicos en la región, las consolidaciones de las minorías en el espacio textual, y otro tipo de variables que van apareciendo en un corpus fluctuante y diverso a lo largo de un siglo.

Acompañada por distintos grupos en el estudio de la poesía de la región, notaba cómo en la primera mitad del siglo, las antologías tenían un origen español por un lado, se hacían con una mirada todavía peninsular y eran altamente masculinas. Casi no aparecían autoras, y en algunos casos radicales, ninguna mujer era incluida en el corpus. Pero al rebasar la primera mitad del siglo, las coyunturas del emerger de las minorías desde distintos espacios en la cultura latinoamericana, aparecían más mujeres, los primeros autores indígenas y continuaban apareciendo más textualidades de autores y autoras afrodescendientes. 

Como la mirada y perspectiva crítica de esas primeras antologías era muy occidental, sucedía que aparecían autores regularmente varones, originarios de España, que habían tenido relaciones cercanas con algunos de los más famosos autores latinoamericanos del corpus. Lo que a todas luces causa desde nuestra actual mirada crítica un desfase muy fuerte, que leemos como todavía, la presencia de las neocolonizaciones poéticas de la región, que seguían viéndose desde la herencia española y portuguesa. Con lo cual no se permitía en dichas antologías considerar mayor presencia de autores de los pueblos originarios y de las mujeres que venían invisibilizadas por su propio corpus desde inicios del siglo XX.

Una antología como Esferas del tiempo me hace pensar en cómo se mueven las flujos poéticos hoy. Existe una mayor presencia de mujeres poetas de la región. Y la amplitud de parte de los antologadores o editores es distinta completamente. Tratan de incluir a países que antes habían sido totalmente borrados, invisibilizados, como poéticamente no fuertes, tal y como ha sucedido con Guatemala, en buena cantidad de antologías que si mucho daban un espacio para que aparecieran poetas guatemaltecos como Luis Cardoza y Aragón, que está si lo leemos hoy, a la misma altura que otros famosos poetas de los corpus de antologías que inician a publicarse a inicios del siglo, y en donde Cardoza nunca fue incluido.

¿Qué significará antologar poetas, hombres y mujeres, nacidos en una sola década? Se puede una preguntar a esta altura. Y una buena razón es acotar la investigación que sobre poesía, proponen estas publicaciones. Y es que las antologías definitivamente cuando no nacen de una pulsión de indagación seria y concisa, resultan siendo largas listas de poetas con poca muestra discursiva, para dar cuenta de la cantidad de poetas de la región. En cambio una antología tan precisa con mayor cantidad de textos por autores/as, puede dar cuenta de otras variables en el corpus, y las razones por las cuales no aparecen en antologías que vienen mucho más ligadas a versiones occidentalizadas del corpus de poetas de la región.

Los y las poetas nacidos a mitad del siglo, crecerán y desarrollarán sus carretas literarias dentro de otra sensibilidad. Van creciendo en medio de la agonía de la modernidad latinoamericana. Desarrollarán su obra dentro de otros ejes estéticos y participarán de la entrada de la postmodernidad en general. Asistirán a eventos y desastres políticos muy distintos, a los que vivieron los y las poetas de inicio de siglo, que estuvieron en medio de dos tremendas guerras mundiales, que afectaron de distintas maneras a sus países de origen, dependiendo de las relaciones económicas con sus centros de poder hegemónicos.

Los y las escritoras incluidos en esta antología, son los hijos de aquellos otros, que percibieron la entrada de la modernidad con el shock que todo aquello contuvo. Son testigos y testigas de la nueva era. La de la guerra fría. La de la guerra de Vietnam, que sacude los cimientos del centro cultural de poder en la década de los 60, y de su impacto en las políticas de los Estados Unidos y el mundo. Verán caer el muro de Berlin, sin inmutarse, y asistirán paulatinamente al incremento de la digitalización del fin de siglo, sin tener dispositivos para esos embates.

En su mayoría, todavía no lo sé, siguen todos y todas vivas. Se trata de una poesía viva iberoamericana, que contiene experiencias de vida totalmente distintas que las de sus antecesores. Darán cuenta de un mundo que camina aceleradamente hacia los espacios de la comunicación virtual, que excederá los límites de lo real. En sus textos podríamos leer estas experiencias, un nuevo cambio de registro del que no se ha dado cuenta todavía, porque solemos ver lo general y no lo particular a través de las lecturas de obra poética.

Esta antología es una especie de lupa para leer la vida y las experiencias de un grupo generacional que ya no se amarra a los impulsos de inicios del siglo XX, sino que se encuentra exactamente en la década en que la poesía de la región se politiza dentro de los ejes del realismo socialista, allí tiene su inicio. Casi todos empezamos a escribir entre 15 y 20 años después de iniciada la segunda mitad del siglo, y somos observadores de la agónica caída de la modernidad en la década del sesenta. Nuestra primera poesía posiblemente, en líneas generales, se publica en la década del setenta y se desarrolla más en las subsiguientes, siempre atentos a las beligerancias políticas, a los enfrentamientos de la guerra fría y sus repercusiones en nuestros propios países de origen. Pero además sobreviviendo a los cambios, las fluctuaciones en los desplazamientos humanos que se incrementan y de los que sabemos a fondo, gracias a las nuevas comunicaciones mundiales. Así llegamos al siglo XXI, en donde aparece esta antología. Tras largos años de ver, vivir y sufrir los cambios, los acelerados cambios digitales, en medio de un tiempo sin utopías, en medio de una época de simulacros, ciegos y obnubilados algunos de nosotros/as, estamos dando cuenta del amor, el odio, el radical escepticismo heredado de nuestros mayores. Con nuestras trashumancias a cuestas.



No hay comentarios:

Publicar un comentario

ANALIZAR Y PENETRAR EN  LA LITERATURA GUATEMALTECA He escuchado hoy varias ponencias en el Congreso de Filosofía de la Universidad Rafael ...